Estas trabajadoras, lo definen como práctico, participativo y directo, que favorece la colaboración entre el líder y el subordinado.
Se trata de una forma de dirigir en la que se apuesta por la gestión del talento humano, sacando lo mejor de cada trabajador para cada proyecto. Del mismo modo, las mujeres directivas favorecen la interacción y el diálogo y consiguen la implicación y el compromiso de los equipos
La gran mayoría de las mujeres trabajadoras considera que el estilo de liderazgo femenino y el masculino son complementarios y, por lo tanto, deberían estar presentes a partes iguales en la empresa.
Las barreras con las que las mujeres se encuentran a la hora de escalar puestos son el tiempo de dedicación al puesto (25,8%), las dificultades para conciliar (30,2%) y la desigualdad de género (30,5%). Además, hacen hincapié en la falta de promoción interna que hay en las empresas (32,5%).
Algunas propuestas concretas de este colectivo para eliminar dichas barreras son implantar medidas reales para la conciliación de la vida familiar y profesional (teletrabajo o guarderías corporativas), flexibilidad horaria laboral, jornadas de trabajo europeas, trabajo por objetivos y valoración por resultados.